El flúor es un micro-mineral que ayuda a la conservación de los dientes, aumentando la resistencia del esmalte, favoreciendo la re-mineralización y protegiéndolos ante la placa bacteriana. Existen muchos productos y suplementos de higiene dental que contienen este mineral: pastas dentales, enjuagues, barnices, geles e incluso pastillas para ingerir.  Pero también es posible encontrarlo en algunos alimentos como el agua, las espinacas, el pescado, las nueces, la naranja, el pomelo, entre otros. Hoy os hablaremos sobre el uso de flúor en niños menores de seis años. ¿Se recomienda o no?

Como hemos dicho anteriormente el flúor tiene muchas ventajas para la salud de los dientes. Su uso previene la caída y la prevalencia de carie y es, por tanto, muy efectivo. Sin embargo, sólo debe ser utilizado en las cantidades recomendadas. El exceso de este mineral puede ser contraproducente para los dientes porque puede producir Fluorosis, un defecto del esmalte que se caracteriza por cambios en la calidad del mismo y por la aparición de manchas blancas y opacidades.

Monitorizar su ingesta es fundamental, sobre todo durante los primeros seis años de vida, cuando los dientes están en fase de maduración y calcificación. Esto es posible controlando la alimentación y los productos que se usan para la higiene dental.

En el caso de peques menores de seis años, la higiene bucal debe hacerse únicamente mediante el cepillado de los dientes. Otros productos como enjuagues y geles deben empezar a introducirse a los 10 o 12 años. Ahora bien, no sólo es importante elegir una pasta dental con flúor recomendada, sino utilizar la cantidad adecuada en cada cepillado. Respecto a esto, la American Academy of Pediatric Surgery (AAPD) recomienda las siguientes cantidades:

  • Para peques entre 6 meses y 2 años: Una cantidad mínima, casi una mancha en el cepillo.
  • Para peques entre 2 y 6 años: Una cantidad un poco más grande, del tamaño de un guisante.

Además de cuidar la cantidad de pasta dental que se use, hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Supervisar el cepillado todo el tiempo. Es importante indicar a los peques que deben escupir el exceso de pasta de dientes y no tragarla.
  • Lavar los dientes dos veces al día. Una de ellas debe ser antes de dormir.
  • Tener buenos hábitos alimenticios.
  • Visitar al odontopediatra para que determine si se está ingiriendo la cantidad necesaria y adecuada de flúor.
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