¿Cómo afecta el agua de las piscinas a los dientes de los niños?

Ya estamos casi en el verano y los niños y niñas casi de vacaciones, dos ingredientes perfectos
para que los más pequeños quieran meterse en las piscinas y no encuentren el momento de
salir.

Por supuesto que es una actividad muy refrescante y sobre todo, divertida, aunque también se
sabe que el agua de las piscinas suele contener un elemento que puede afectar físicamente.
Nos referimos al cloro que se utiliza para el mantenimiento del agua.

Es archiconocido que el cloro irrita los ojos y reseca la piel, lo que no es tan popular es el
efecto que tiene sobre la placa dental, a la que causa cierto deterioro.

Resulta que el ph del agua es más alto que el que tenemos dentro de la boca y esto provoca
que afecte al esmalte debilitándolo. Concretamente provoca la descomposición de las
proteínas de la saliva y acelera la formación de sarro marrón, también conocido como “sarro
del nadador” y que se si perdura puede facilitar la periodontitis y gingivitis, según informa la
guiainfantila.com.

Por suerte, estas negativas consecuencias suceden si se permanece al menos 6 horas en el
agua, por lo que no es necesario alarmarse. Basta con controlar el tiempo que los niños están
en la piscina y acudir periódicamente al dentista para realizar limpiezas dentales y reforzar la
fluoración.

 

¡Y a disfrutar del agua!

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