LA ORTODONCIA CON BRACKETS: TODO LO QUE NECESITAS SABER

¿Estás pensando en ponerte aparato y buscas información?, ¿No estás seguro de cuál es mejor para ti?, Aquí te lo contamos.

La ortodoncia con “brackets” es el tratamiento estético ideal para conseguir una sonrisa perfecta. La aparatología fija es la única forma de corregir las alteraciones dentales y problemas de la mordida.

Cuando los niños pierden los dientes de leche y empiezan a tener ya sus dientes definitivos, es importante visitar al dentista para que valore la posibilidad de poner ortodoncia. Para alinear los dientes cuanto antes y así tenerlos ya perfectos para toda la vida.

Suelen ponerse entre los 8-14 años porque el paladar aún no está cerrado del todo. Así puede ensancharse en caso de que no haya espacio para recolocar los dientes. Pero pueden ponerse a cualquier edad, para mejorar la apariencia estética de los dientes y para solucionar problemas de mordida.

¿Qué tipo de brackets existen?

Hay varios tipos de ortodoncia con brackets dependiendo de los problemas a tratar y del paciente, que la puede querer más estética o más económica.

Los más comunes son:

Brackets metálicos: hechos de acero inoxidable de alto grado y arcos del mismo material, son los más utilizados, los más resistentes y los más económicos, aunque los menos estéticos.

Brackets de zafiro: todo el aparato es transparente y no oscurece con las comidas, es el más demandado por los adultos que no quieren que los brackets afecten a su vida normal. Son un poco más caros, pero mucho más estéticos.

Brackets de cerámica: igual que los anteriores son estéticos y de color blanco, aunque las piezas son un poco más frágiles que los metálicos, son menos visibles y más discretos.

Brackets linguales: se adhieren a los dientes por la cara interna y no son visibles. Son bastante más caros que los anteriores porque son únicos para cada paciente y requieren preparación. Los resultados son muy buenos y el proceso es visible rápidamente sin que se noten los brackets.

Alineadores transparentes: son dispositivos de ortodoncia transparente similares a fundas que recubren todos los dientes y se pueden quitar. Son bastante caros, pero totalmente invisibles.

Llevar brackets conlleva adaptarse a ellos, pero en unos días ya estás completamente acostumbrado, aunque hay que tener cuidado con ellos para que no se rompan y así poder llevar a cabo todo el tratamiento en el menor tiempo posible.

Los dentistas recomiendan tener cuidado con ciertos alimentos porque pueden romper el aparato y avisan de que es muy importante mantener una higiene bucal óptima para evitar problemas.

La duración del tratamiento depende de cada caso, pero los resultados con cualquier tipo de bracket que elijas son espectaculares.

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